Esta metodología activa pone en el centro a los estudiantes y es recomendada desde los 4 hasta los 13 años y más, cubriendo toda la etapa escolar. Entre los principales beneficios que aporta a la formación están el desarrollo del pensamiento crítico y la capacidad para gestionar las emociones.

La tradicional clase expositiva en la que el profesor se para delante de sus estudiantes para exponer sobre un tema determinado, va quedando atrás. Las nuevas generaciones, el mundo cambiante e interactivo, necesitan otras herramientas y metodologías para comprender su entorno. Es ahí donde el Aprendizaje Basado en Problemas toma relevancia. 

Este tipo de metodología educativa, conocida por sus siglas ABP, sigue un esquema de aprendizaje inverso: primero se presenta el problema o tema y luego se busca la información para resolverlo.

El ABP busca que el alumno sea el protagonista de su propio aprendizaje, en vez de un mero espectador. Es una metodología similar al aprendizaje basado en proyectos, habitual en Educación Infantil. Desarrollada en la Universidad de MacMaster, Canadá, en los años setenta, buscó en un principio mejorar la calidad de la educación de los profesionales de medicina, para que estuviera más centrada en los problemas de la vida real. Esto es precisamente lo que se espera en estos tiempos al aplicarla en los colegios. 

Claves y beneficios

Las claves principales de este tipo de aprendizaje son: motivar a los estudiantes para que comprendan más a fondo los temas y conceptos estudiados; ayudarlos a que aprendan a tomar sus propias decisiones, las entiendan y las defiendan mediante el método científico; promover en ellos tres aspectos básicos, como la gestión del conocimiento, la práctica reflexiva y la adaptación a los cambios, entre otras. 

De esta forma el profesor pasa de ser protagonista a un guía en el viaje del conocimiento y comprensión del entorno y los estudiantes logran una formación que los prepara de mejor forma para el mundo que vivirán al salir del colegio. 

Entre los beneficios que le reporta a los estudiantes la metodología ABP están el incremento del pensamiento crítico, la resolución de problemas, el poder gestionar emociones, tener empatía y respeto frente a las opiniones y visiones de otros, y desarrollar habilidades de comunicación. 

Para implementarla, lo primero que debe hacer el profesor es elegir una idea o un concepto, seleccionado de entre el temario para ese curso, y luego pensar en un problema o trabajo basado en esa idea.

El concepto se puede trabajar en una sola asignatura o en varias a la vez. Después, hay que enumerar los objetivos y competencias de aprendizaje que los alumnos deben desarrollar. Es conveniente que se trabaje en equipos o mediante colaboración.

Atrévete a explorar esta metodología para transformar la educación. 

*Este artículo es una adaptación del publicado originalmente en el portal Compartir en Familia de Santillana (¿Qué es el Aprendizaje Basado en Problemas?)

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