El último Informe de Sostenibilidad del grupo establece tres grandes ámbitos de cambio para preparar a las nuevas generaciones para los desafíos que deberán enfrentar en su futuro próximo.

Los retos futuros para un desarrollo sostenible, de los cuales deben hacerse cargo las nuevas generaciones, implican abordar tres grandes transformaciones: educativa, digital y social, sostiene en su último Informe de Sostenibilidad el grupo Santillana. Y en ello, una educación de calidad es clave.

“En Santillana estamos convencidos de que la educación es la palanca para dar el impulso definitivo a estos cambios sin dejar a nadie atrás. Con una educación de la máxima calidad, personalizada, inclusiva e innovadora, podemos preparar a los niños y jóvenes de hoy para los retos que vendrán en el futuro y darles, así, las oportunidades que merecen”, dice en el documento su Presidente Ejecutivo, Francisco Cuadrado Pérez.

Parte de esta lógica se refleja en el propio formato del informe. “Nos hemos alejado del esquema tradicional de los informes de sostenibilidad, sustituyéndolo por un formato novedoso y 100% digital, en coherencia con nuestra apuesta por la tecnología y nuestro compromiso con el medio ambiente”, presenta el directivo.

Santillana, con presencia en 19 países de Latinoamérica llega a 28 millones de estudiantes, incorpora la tecnología, la formación y el asesoramiento a sus servicios y contenidos, entregando en ellos calidad e innovación.

Los hábitats de la transformación

Por ello, la transformación educativa y digital la aborda a través de un hábitat de innovación, con una marcada apuesta por la tecnología, desarrollando “verdaderos ecosistemas digitales de aprendizaje en los que todo está interconectado, con el objetivo de facilitar el día a día escolar y la comunicación entre los distintos agentes educativos: escuelas, familias y alumnos”, plantea el informe.

Así, las soluciones y plataformas digitales de Santillana registraron en 2022 más de 128 millones de sesiones y cerca de 3 millones de usuarios activos.

El uso de las posibilidades que brinda la tecnología va de la mano con una nueva visión del hábitat de aprendizaje, “la nueva escuela”, que pone al estudiante al centro y potencia el rol del docente para entregar una educación más personalizada para enfrentar los retos del futuro. En este contexto, las habilidades socioemocionales son fundamentales para el desarrollo de las personas, detalla el documento.

Y la mirada desde un hábitat sostenible para transformar la educación está presente de manera transversal en el quehacer de Santillana. Según cifras del informe el 100% de los nuevos proyectos educativos llevan ya incorporados, de manera transversal, temas relacionados con la sostenibilidad.

Lo anterior se desarrolla bajo el convencimiento que los cambios parten desde el aula, pues la educación “permite a los estudiantes adquirir conocimientos y habilidades para que tomen decisiones fundamentadas y medidas responsables en favor de las personas y el medio ambiente”, en línea con los ODS de la agenda 2030 de Naciones Unidas.

En esta lógica de comprensión de las grandes transformaciones es que Santillana persigue la transformación de la educación para incrementar su calidad, cobertura y congruencia con el desarrollo sostenible y desafíos futuros.

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