El Consejo Nacional de Educación decidió que era necesario aplicar la prueba, en las áreas de Lectura y Matemática, a los cuartos básicos y segundos medios. No obstante, los resultados no tendrán consecuencia para los colegios.  

Pese a la posición del Ministerio de Educación y de diversos expertos que apuntaban a suspender de manera definitiva el Simce, criticando de paso el sistema de pruebas estandarizadas, el Consejo Nacional de Educación (CNED) decidió finalmente que el icónico examen se rendiría tras casi cuatro años sin hacerse.

El organismo declaró imprescindible llevar a cabo el Simce 2022, aunque de manera parcial, pese a la negativa que sigue manteniendo el Ministerio de Educación al considerar que la rendición del Simce, en el contexto del retorno a clases presenciales tras dos años de pandemia, significaría un estrés adicional para alumnos y profesores.

Si embargo, la cartera manifestó que sin compartir la medida la acatará. “Si bien no compartimos la decisión de este órgano autónomo del sistema educativo de aplicar el Simce este año, avanzaremos en el cumplimiento de lo dispuesto”, dijo el ministro de Educación.

Así, el Simce 2022 ya tiene fechas. El 16 y 17 de noviembre lo rendirán los cuartos básicos, mientras que el 23 y 24 del mismo mes harán lo propio los segundos medios. Ambos niveles en las áreas de Lectura y Matemática. En tanto, se suspende en todas las áreas para segundo, sexto y octavo básico. 

La decisión del CNED se da en un contexto antecedido por críticas hacia el Simce y las consecuencias negativas de medir, a través de este tipo de exámenes, la calidad de la educación.

Contexto de críticas

Bajo esta premisa negativa el Ministerio de Educación sustentó la presentación, el 3 de mayo pasado, que buscaba modificar el Plan de Evaluaciones Nacionales e Internacionales vigente.

Entre las críticas que en su momento sustentaron este contexto crítico se encuentran las que formularon representantes del Colegio de Profesores, expertos en pedagogía y enseñanza de distintas universidades e incluso el Ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, que coincidían en el nulo aporte que tendrían los resultados del test para tomar medidas y mejorar la gestión de la educación en Chile.

Otras, incluso, sostenían que las pruebas estandarizadas como el Simce no medían de manera integral, dejando fuera las dimensiones emocional, espiritual e interpersonal y no considerarían la complejidad educativa para medir su calidad.

Por ahora, el Simce aún tiene vida.

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