Es una de las emociones básicas que enfrentan los estudiantes y que se desencadena ante un peligro inminente, pero que a su vez tiene como propósito activar un comportamiento que aumenta las probabilidades de supervivencia. En este artículo exploramos lo que nos indica la Guía de Recomendaciones Emocionales para quienes tienen la responsabilidad de dirigir el aula.
Cuando se habla de gestionar una emoción no se trata de reprimirla, sino de encontrar el propósito de esta misma y controlar su alcance para no afectar nuestra relación con el entorno y con nosotros mismos.
Si bien el miedo es una sensación que se enfrenta ante un peligro, es necesario para activar nuestro instinto de supervivencia. Por ello, sentirlo no es malo, sino que es funcional, adaptativo y legítimo, plantean los expertos. Es más, algunos incluso dicen que es una emoción que indica inteligencia al regular el comportamiento ante un riesgo.
No obstante, no cabe duda que el miedo debe gestionarse de forma adecuada. En eso, los docentes y familias pueden contribuir, ya que lo que gatilla esta emoción cambia según la edad y etapa en la que se encuentre el estudiante.
Acá te entregamos 5 recomendaciones para que trabajes el miedo con tus estudiantes:
- Aceptación y comprensión del miedo del niño, mostrando apoyo y afecto.
- Hablar del miedo, utilizando distintas aproximaciones, como cuentos, historias, experiencia, para que puedan identificarse con ellos.
- Mensajes tranquilizadores, para aportar confianza y también entregar gestos de cariño.
- Afrontar los miedos, contribuyendo con ello a analizar y reflexionar sobre ellos y ofrecer apoyo.
- El sentido del humor es un buen antídoto contra el miedo. Se puede usar el humor para ayudar a que la persona tenga una visión más positiva de lo que le sucede.