En 2015 se promulgó la ley que establecía las condiciones para una educación libre de discriminación. No obstante, los desafíos que plantea la escuela del futuro, en la que todos y todas tengan las mismas oportunidades, son variados. Esto será parte del análisis de un congreso internacional que Santillana prepara sobre la materia.
La reciente promulgación de Ley TEA significa un nuevo paso para una educación libre de discriminación y un renovado avance desde que en 2015 comenzó a regir la ley sobre inclusión escolar para que todos los establecimientos educaciones con subvención o financiamiento por parte del Estado generaran planes de apoyo con este fin.
Pero el desafío sigue en pie. Lograr una educación en la que nadie quede afuera es parte de las proyecciones de la escuela del futuro, tema que será abordado en un congreso internacional que prepara Santillana para el próximo 26 y 27 de abril.
El escenario actual evidencia diversos debates teóricos y medidas prácticas para ampliar el desarrollo de la inclusión. Francisco Gárate, doctor en innovación y planificación educativa y coordinador de Educación en OEI Chile, señala que para la inclusión es clave la cooperación y la colaboración.
“En las comunidades educativas se han generado avances importantes en inclusión y valoración de las diversidades presentes en la sociedad, desarrollando proyectos en donde la institución se flexibiliza y adapta al contexto y situación de sus niños, niñas y jóvenes”, dice, destacando además la participación de los docentes, ya sea en los espacios de convivencia diaria como en la práctica pedagógica.
Avances
Sobre la reciente promulgación de la Ley 21.545, conocida como Ley TEA, Gárate plantea que “genera la sensación de que debemos avanzar más rápido y firme en esta materia, pero sin olvidar que existen muchas Necesidades Educativas Especiales, NEE, que aún no son visibilizadas, y comenzar a trabajar por las Barreras para el Aprendizaje y la Participación (BAP)”. En este sentido, agrega, el cambio no solo es conceptual, sino que desde la forma de actuar como sociedad frente a las diversidades.
Actualmente, a través de los denominados Programas de Integración Educativa (PIE), diversos establecimientos incorporan las NEE, estableciendo una reglamentación particular. Sin embargo, producto de la pandemia y las clases virtuales, existe una deuda pendiente en la generación de recursos específicos para niños, niñas y adolescentes con Necesidades Educativas Especiales.