Basado en metodologías activas y estrategias de enseñanza que promueven el aprendizaje autónomo, el ecosistema Richmond pone en el centro del proceso al estudiante.
Richmond pone a disposición de los usuarios materiales de estudio, con contenidos base y adicionales; tareas y actividades asignadas por el docente, incluyendo los tiempos para desarrollarlas; retroalimentación, con reportes gráficos y porcentuales sobre su desempeño en actividades y pruebas;
y comunicaciones, con un chat para mantener el contacto e intercambiar mensajes entre estudiantes y docente, y con un módulo de clases virtuales sincrónicas utilizando herramientas como Teams, Google Meet y Zoom.