En el marco de este hito que se celebra durante todo abril, la Coordinadora de Literatura Infantil y Juvenil de Santillana Chile, Sandra Alonso, analiza la importancia de algunos contenidos para la formación escolar, los que se relacionan a ámbitos que permiten desarrollar un sentido analítico sobre el entorno y las distintas realidades que conviven en él.
Las tendencias sobre qué leer van cambiando con el tiempo y son una respuesta a los estímulos del entorno. Precisamente, lo que busca la lectura es gatillar un proceso de pensamiento crítico, informar para luego analizar, debatir y generar consciencia entre niños y jóvenes en desarrollo, plantea Sandra Alonso, Coordinadora de Literatura Infantil y Juvenil de Santillana Chile. Actualmente la lectura predilecta entre el público estudiantil chileno se concentra en la emergencia climática, las migraciones y la violencia.
“Las lecturas son elegidas para informarse, contrastar realidades y nutrir la mirada de un niño y un joven, para que desarrolle su espíritu crítico y forme su propia opinión”. No obstante, “aún hay sectores que no abordan temáticas por evidentes o necesarias que sean, por lo que cuesta incluir lecturas que tengan temáticas de abuso, derechos humanos, orientación sexual e identidad de género, entre otros tópicos tan relevantes para la sociedad actual”, advierte la especialista.
En el contexto del Mes del Libro, la ejecutiva plantea que durante la etapa escolar no solo es importante entregar contenidos académicos concretos, como los ligados a matemáticas, ciencias, historia y conocimientos técnicos del lenguaje, sino que además hay que educar en aspectos sociales, forjando un espíritu de consciencia que enseña a considerar contextos y culturas diferentes.
Detrás de esta integración de contenidos el objetivo es enriquecer la mirada analítica y comprensiva del futuro adulto. “Es distinto hablar de inclusión a leer de inclusión, o de acoso, o de pueblos originarios. Al leer, se accede a un nivel de comprensión más profundo y a la vez más lúdico, donde el estudiante puede reconocer a través de situaciones y ejemplos”.
Somos una sociedad que está viviendo una transición, tanto en términos sociales como en cuanto a los efectos colaterales de la pandemia. “Leer sobre estos temas ayuda a procesar internamente las propias emociones y conclusiones respecto de cómo estas situaciones afectan a cada niño y su entorno”, argumenta Alonso.
Finalmente, la experta en literatura ejemplifica con algunos libros relacionados, como es el caso de “Matilde”, de Carola Martínez Arroyo, que aborda los derechos humanos y que ganó Medalla Colibrí -de IBBY Chile- por Ficción Juvenil en 2019; “Migraciones: Un mundo en movimiento”, de Sofía Montenegro y Claudia Silva, que en 2017 también ganó la Medalla Colibrí en la categoría No Ficción Juvenil; y “Y llovieron ranas”, de Sara Bertrand, que aborda el cambio climático.
Para estimular el fomento lector, Santillana cuenta con soluciones y plataformas digitales de distintas editoriales. Así, los colegios pueden acceder a Loqueleo, un catálogo de 211 obras nacionales e internacionales en papel; Norma, con 94 títulos papel y Loqueleo digital, un ecosistema de 3 hábitats de aprendizaje lector: Leer, para lectura digital, Aprender, con actividades en un ambiente gamificado y Escuchar, de audiolibros dramatizados. Además, dispone en Chile de una biblioteca virtual con más de 400 títulos en formato ebooks y audiolibros.
